Profilaxis dental: también conocida como limpieza dental.
Objetivo: limpiar las superficies dentales.
Retirar el sarro o placa dental calcificada las cuales NO se eliminan eficientemente con el cepillado dental habitual.
Necesidad de al menos una limpieza dental al año para mantener dientes y encías sanos.
La frecuencia recomendada para realizar una profilaxis dental, también conocida como limpieza dental, puede variar según el estado de salud bucodental de cada persona. Sin embargo, hay algunas pautas generales: Para Personas con Salud Bucodental Generalmente Buena: Se recomienda realizar una profilaxis dental aproximadamente cada seis meses. Esto ayuda a mantener una buena higiene oral y a prevenir la acumulación de sarro y placa bacteriana, que no se pueden eliminar completamente con el cepillado y el uso de hilo dental solos. Para Personas con Condiciones Específicas: Aquellos con enfermedades periodontales como gingivitis o periodontitis, o con otros problemas bucodentales, pueden necesitar una limpieza profesional más frecuente. En estos casos, el odontólogo puede recomendar una profilaxis cada tres o cuatro meses. En Caso de Malposición Dental y Otras Alteraciones: Las personas con malposición de los dientes u otras condiciones que dificultan una limpieza efectiva en casa podrían necesitar profilaxis dentales más frecuentes para evitar la acumulación de sarro y placa en áreas de difícil acceso.
La profilaxis dental, comúnmente conocida como limpieza dental, se realiza a través de varios pasos específicos que tienen como objetivo eliminar la placa bacteriana, el sarro y las manchas, y mejorar la salud general de la boca. Aquí se detalla cómo se realiza típicamente una profilaxis: Evaluación Preliminar:
El odontólogo o higienista dental comienza con una revisión del estado de los dientes y encías.
Se identifica la ubicación de la placa bacteriana y el sarro, así como cualquier signo de enfermedad de las encías o caries dental.
Eliminación de la Placa Bacteriana y Sarro:
Se utiliza un instrumento llamado raspador o cureta para eliminar cuidadosamente el sarro acumulado en la superficie de los dientes y debajo de la línea de las encías.
Esta etapa se centra en áreas donde la placa y el sarro se acumulan con mayor facilidad, como los espacios interdentales y alrededor de restauraciones dentales.
Uso de Ultrasonidos:
En algunos casos, se emplea un dispositivo ultrasónico que produce vibraciones para descomponer las áreas más grandes de sarro. Este dispositivo también pulveriza agua para lavar los restos.
Pulido de los Dientes:
Tras eliminar la placa y el sarro, se procede al pulido de los dientes.
Se utiliza una pasta de pulir con una textura ligeramente abrasiva para eliminar las manchas superficiales y alisar la superficie del diente, lo que hace más difícil que la placa se adhiera en el futuro.
Limpieza Interdental:
Se puede emplear hilo dental o cepillos interproximales para limpiar entre los dientes y eliminar los residuos que el raspado y el pulido pudieron haber dejado.
Sí, puedes hacerte una profilaxis dental incluso si tienes sensibilidad dentaria. De hecho, es importante mantener una buena higiene bucal y realizar limpiezas dentales regulares para prevenir problemas que puedan aumentar la sensibilidad. Sin embargo, hay algunos aspectos a considerar: Comunica tu Sensibilidad:
Es fundamental informar al odontólogo o higienista dental sobre tu sensibilidad dental antes de comenzar la profilaxis. Esto les permitirá ajustar el procedimiento para minimizar tu incomodidad. Técnicas Suaves:
Los profesionales pueden utilizar técnicas más suaves y herramientas especializadas para reducir la sensación de incomodidad durante la limpieza. Productos Desensibilizantes:
En algunos casos, pueden aplicarse productos desensibilizantes antes o durante la limpieza para aliviar la sensibilidad. Tratamiento Post-Profilaxis:
Después de la limpieza, el profesional puede sugerir productos o tratamientos para usar en casa que ayuden a reducir la sensibilidad dental a largo plazo. Identificación de la Causa:
La profilaxis también es una oportunidad para que el odontólogo identifique la causa subyacente de la sensibilidad dental y recomiende un tratamiento adecuado. Seguimiento:
Puede ser recomendable un seguimiento después de la profilaxis para asegurarse de que la sensibilidad no haya aumentado y para tratar cualquier problema que haya surgido.
